Agustín Maíllo

 dueño de la bodega, nacido en la Sierra de Francia, de este trozo de tierra tan particular, bello y acogedor que fascina a todo el que lo conoce.

Nació con el vino en su ADN. Desde septiembre a primavera, el pueblo olía vendimia, fermentación, “desmostes” (descubes), orujos, destilación, aguardiente…

Desde que tuvo memoria, Agustín recuerda ver a su abuelo Quico hacer vino, y de niño andaba por la bodega echando una mano a pisar las uvas o mover la palanca de maquinilla (la prensa), probando los mostos (o el aguardiente cuando quemaba el orujo en la alquitara) o trasegando. Es algo con lo que se crece en la sierra y que está dentro de nuestra formación cultural.


Se encuentra en el Parque Natural de Las Batuecas – Sierra de Francia, también son Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Aquí las viñas son pequeñas parcelas, generalmente separadas unas de otras por matas boscosas de quejigos, robles, castaños, pinos e incluso eucaliptos y de monte bajo, con jaras, brezos y escoberas. También están presentes muchos pequeños majuelos en paredones (terrazas o bancales), donde las parras, siempre en vaso, se entremezclan con frutales como cerezos, ciruelos, melocotoneros y algún olivo.   

La Sierra de Francia tiene una tradición vitivinícola ancestral. Aunque la Denominación de Origen "Sierra de Salamanca" es la más joven de España, se puede certificar que en este lugar se hacía vino hace más de 2000 años, muestra de ello son los lagares rupestres pre-romanos que se hallan en las laderas de San Esteban.

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GALERÍA DE IMÁGENESDate un paseo por la bodega

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