Lugar mágico en el Valle del Avia (Ourense, Galicia)
Un paisaje pleno que refugia las seis hectáreas de viñedo que Arsenio Paz, viticultor gallego, plantó hace casi medio siglo, con la ilusión de rescatar las castas de uva tradicionales de Ribeiro.
Historia
Pionero en la recuperación de variedades autóctonas en el valle del Avia, el viticultor gallego Arsenio Paz, fue una de las figuras más relevantes en el resurgir y la modernización de la Denominación de Origen Ribeiro.
En los años setenta, Arsenio adquirió junto a su mujer, Chon Labrador, un lugar mágico “A Vilerma”, una finca acasarada donde elaborar “un poco de buen vino Ribeiro para los amigos”.
Su ilusión por rescatar las castas de uva tradicionales le llevó a explotar profesionalmente el viñedo. Pasó años observando cada cepa, estudiándola y entendiéndola, sumergiéndose así en un proyecto propio de recuperación de variedades.
Con un profundo respeto por la historia y las raíces de este lugar, en 2024 la familia Pariente adquiere A Vilerma y recoge el testigo de Arsenio, un legado apasionante en el que continuar trabajando día tras día para posicionar a los vinos de Ribeiro en el lugar que se merecen, poniendo en valor su terruño, sus viñedos y el resurgir de sus variedades autóctonas.
Variedades
Dentro de las seis hectáreas de viñedo que componen la finca, las variedades
blancas son las mayoritarias, tal como marca la tradición histórica del Ribeiro en la elaboración de coupages como treixadura, loureira, godello, albariño, lado y torrontés. En menor proporción, están presentes también uvas tintas como brancellao, sousón, caíño tinto, ferrón y tempranillo.
Ribeiro
En Ribeiro se distinguen tres valles generados por sus tres ríos principales: Miño, Avia (VILERMA) y Arnoia. Un entorno formado por laderas, bancales y terrazas, favorecido por un microclima muy peculiar.
El valle del Avia cuenta con una compleja orografía. Está amparado por sierras y altiplanos que lo protegen del Norte, además sus laderas de orientación Oeste hacen que la exposición solar del viñedo y la aireación, sean las adecuadas para la maduración de las variedades autóctonas del Ribeiro.
Por otra parte, gracias a las barreras naturales que lo protegen de las borrascas atlánticas, disfruta de un clima de transición oceánico-mediterráneo, húmedo y templado con una acusada y beneficiosa diferencia térmica anual, con la pluviometría más baja de Galicia y con ausencia de precipitaciones en la época de maduración de la uva.
El minifundismo ancestral del Ribeiro marca la viticultura en la zona. Las continuas particiones de herencias que han ido pasando de generación en generación, han propiciado un paisaje de minúsculas parcelas aterrazadas dispuestas en socalcos, asentadas entre 200 y 400 metros sobre el nivel del mar.