Emilio Rojo, el talento del viñedo

Visitar el viñedo de Emilio Rojo y hacerlo de su mano fue todo privilegio por el que nos sentimos afortunados. Pudimos conocer un poco más sobre él, su historia, su filosofía y sus vinos.

Después de formarse como ingeniero y trabajar fuera de su tierra natal, volvió a Galicia e inició su nueva etapa como viticultor, retomando también el trabajo de la pequeña bodega de su padre en Arnoia. Y en el año 1987 comenzó a trabajar un pequeño viñedo familiar abandonado en el valle del Avia, legado de Julia, su mujer.

Emilio Rojo es la fusión entre persona y viña 

Viticultor y colleiteiro visionario en su apuesta por la calidad y con más de 30 años de observación que hacen mágico un viñedo inimitable. Su emblemático vino procede de un paraje de excepcionales condiciones vitícolas. 

El Viñedo

El viñedo se encuentra en el Valle del Avia, a una altitud de 180 metros y sobre suelos de sábrego o granito, de textura arenoso. Las variedades plantadas son treixadura, godello, lado, loureira, torrontés, caiño blanco y albariño. Según la variedad y su comportamiento en la viña, Emilio Rojo nos cuenta que fue disponiendo las plantas en las terrazas para conseguir la máxima expresión de cada variedad. Un cuidado y mimo único que han dado lugar a la hoy mítica parcela que atesora uno de los grandes vinos blancos de España.

En el 2019 Emilio Rojo decide ceder el testigo de su legado aAlma Carraovejas para dar continuidad a su proyecto, al cual sigue vinculado de forma directa.

Paseamos por el entorno del viñedo, donde se encuentran los restos de lo que fue un pequeño poblado, un paraje mágico y de una belleza extraordinaria. Emilio nos cuenta que fue en su origen un conjunto de pequeñas casas, montes y viñedos que conformaban el casal de Meín. Se la conocía como “Casa Labora” y siempre fue un reconocido lugar de producción de uva desde la Edad Media.
 

Agradecemos a Emilio Rojo por recibirnos y acompañarnos en este espectacular recorrido por sus viñedos en el valle de Avia exponiéndonos su magistral sabiduría, y también a Pedro Ruiz y a todo su equipo, que como siempre mostraron su hospitalidad y corazón en todo aquello que hacen.