Dos familias y dos historias
Caruso y Minini, dos familias y dos historias diferentes que se entrelazan y fusionan cuando Stefano, Francesco y Roberto Caruso, tercera generación de enólogos, conocen a Mario y Francesco Minini, propietarios de una empresa de marketing del norte de Italia. Juntos encontraron a Caruso y Minini en Marsala, en el extremo occidental de Sicilia. Es una apuesta ambiciosa, que ve la tradición agrícola de la familia Caruso y la experiencia en ventas del Minini como protagonistas. Apuesta ganadora ya que, hasta la fecha, los vinos llegan a los fanáticos en más de 30 países de todo el mundo. Tradición y competencia, sin embargo, con una mirada al futuro. De hecho, hoy Stefano está flanqueado por sus dos hijas, Giovanna y Rosanna. Una gestión que con la entrada de las
dos hijas sin duda ha traído un soplo de frescura entre los barriles.
Una Bodega antigua, construida en 1904 en el corazón de la zona tradicional de las fábricas de vino de Marsala, alberga a los hombres de Caruso y Minini. Aquí los preciosos frutos de sus colinas son transportados e inmediatamente transformados por la gran capacidad de los hombres que trabajan allí. El objetivo es único e incuestionable: transferir la tradición a la botella con meticulosidad y sabiduría, dando a los vinos centenarios de la zona una expresión moderna y acorde con los tiempos. El objetivo es único e incuestionable: transferir la tradición a la botella con meticulosidad y sabiduría, dando a los vinos centenarios de la zona una expresión moderna y acorde con los tiempos.
