La Chablisienne, siempre impulsada por un espíritu pionero, no ha dejado de asumir retos en campos tan diversos como la viticultura, la enología, los recursos humanos o el comercio... Es el trabajo minucioso de todos lo que da origen a vinos que el tiempo sigue engrandeciendo.
El viñedo de Chablis es uno de los más antiguos de Francia. Con el tiempo y en todo el mundo, sus vinos blancos, elaborados con la variedad de uva Chardonnay, han adquirido una reputación extraordinaria. Distribuidas a ambas orillas del río “Le Serein”, las vides de la denominación se extienden por 17 municipios. El carácter único de los vinos lo confiere el suelo, esencialmente de tipo kimmeridgiano, donde se depositaron sedimentos compuestos, en particular, por grandes cantidades de pequeñas ostras fósiles de Ostrea virgula.
Este suelo excepcional, que sólo se encuentra en lugares muy raros del mundo, confiere al terruño esta mineralidad, esta finura y este tono cristalino incomparable.
La vinificación es el paso imprescindible para expresar toda la riqueza y complejidad de los terroirs de Chablis. Tras la vendimia se realiza el primer prensado, realizado por los viticultores asociados. Esta operación se realiza lo más cerca posible de las vides para garantizar una calidad óptima de los mostos. A continuación, la Chablisienne se hace cargo del desfangado y de las fermentaciones alcohólica y maloláctica. Para preservar y revelar todos los matices y profundidad de los vinos de Chablis, contamos con el mejor equipo. La fermentación y la crianza se realizan en tinas de acero inoxidable termorreguladas o en barricas de roble de 228 litros para nuestras selecciones de añadas.